Historia
La mejor forma de conocer el pasado de Sanlúcar es recorriendo sus calles y plazas, llenas de historia viva. Habitada desde la antigüedad, la ciudad posee una ubicación única en la desembocadura del Guadalquivir. Aún se conservan restos fenicios y musulmanes, pero fue con la Reconquista que floreció como puerto de partida de viajes al Nuevo Mundo.
A partir de esas fechas, datan muchos de sus edificios más emblemáticos – palacios, templos, conventos, bodegas y casas particulares – como el Castillo de Santiago, las Iglesias de Santo Domingo, de Nuestra Señora de la O y de la Merced (hoy, el Auditorio Municipal), y el Palacio Ducal de los Medina Sidonia, que se pueden visitar en la actualidad.
Cultura
Sanlúcar cuenta con un animado calendario de eventos que hace muy apetecible una visita a la ciudad en cualquier época del año: Carnaval, Semana Santa, la Romería del Rocío, la Feria de la Manzanilla, festivales de música, las famosas Carreras de Caballos, además de fiestas patronales, procesiones y otras muchas de carácter religioso y civil.
Gastronomía
Conocida mundialmente por su vino típico, la Manzanilla, Sanlúcar cuenta con una extensa oferta enológica de vinos generosos, como el oloroso o Pedro Jiménez, y de Brandy, elaborados siguiendo el sistema solera en sus bodegas centenarias. Sus vinos son el acompañante perfecto de la variada gastronomía de la zona, basada en productos de mar y huerta de primera calidad, como son sus famosos langostinos, pescados y mariscos fritos y la plancha, además de una carta inagotable de guisos y tapas tradicionales e innovadores.
Naturaleza
Sanlúcar disfruta un lugar muy especial en el mundo, bajo el cálido sol de Andalucía, rodeada de dunas activas, marismas y pinares, y frente al Parque Nacional de Doñana, declarado Reserva de la Biosfera de la UNESCO. Su entorno es de gran importancia para todo tipo de fauna, desde las aves migratorias que descansan y anidan en sus humedales hasta especies autóctonas protegidas como el lince ibérico, el águila imperial y el milano real. A lo largo del río Guadalquivir, la ciudad cuenta con largas playas de arena fina, bañadas por aguas del Atlántico, que se extienden más de seis kilómetros desde el puerto de Bonanza, pasando por la zona típica pesquera de Bajo de Guía, hasta los arenales anchos de La Calzada, Las Piletas y La Jara.